Trabajamos con una técnica novedosa y tremendamente útil como es la Realidad Virtual.

A través de gafas 3D (360º) el paciente se ve inmerso en una situación temida o fóbica en la que controlamos algunos factores para ir progresivamente acostumbrando al paciente a dichas situaciones con el fin de superar su malestar o miedo.

Podemos trabajar situaciones temidas como:

Miedo a volar (aerofobia), fobia a insectos, arañas, perros; miedo a conducir; hablar en público; miedo a las alturas; temor a los sitios cerrados (claustrofobia); miedo a los exámenes; miedo a las agujas; fobia a la oscuridad o a las tormentas; miedo a situaciones sociales; TOC (pensamientos obsesivos-compulsivos) ante suciedad en baños públicos; temor a situaciones o pruebas médicas; agorafobia (ansiedad a situaciones potencialmente ansiógenas, como lo pueden ser salir de casa, usar transportes públicos, ir de compras, comer en restaurantes, entrar al cine, hacer deporte, viajar, estar en lugares públicos o áreas amplias)

Pero también puede emplearse la Realidad virtual para trabajar situaciones relajantes y enseñar a la persona a reducir su estrés sintiendo que se encuentra "dentro" de un entorno relajante (playa, montaña, lago...)

Otra medida que controlamos mientras trabajamos con Realidad virtual es la respuesta fisiológica que la persona da a nivel corporal en situaciones estresantes. Esto lo hacemos mediante biofeedback.

Mediante dos pequeños sensores, que colocamos en los dedos del paciente y se conectan al ordenador, se mide la conductancia de la piel, la cual permite determinar objetivamente su estado de relajación o estrés, usándose como un indicador preciso, que servirá para que la persona tome conciencia del nivel real de su ansiedad y, a través del trabajo terapéutico, ir reduciendo su malestar o aumentando su nivel de relajación.

Huelga decir que es un procedimiento totalmente indoloro.

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